La Endometriosis

domingo, 12 de octubre de 2014

ENDOMETRIOSIS DE PARED ABDOMINAL. PRESENTACION DE UN CASO

Bueno prosiguiendo con mi trabajo de información sobre esta enfermedad y buscando en internet  encontré un caso de Endometriosis en la pared abdominal y este es su link: http://scielo.iics.una.py/pdf/anales/v42n2/v42n2a08.pdf

INTRODUCCIÓN

La endometriosis es definida como la presencia de tejido endometrial, en sitios distantes al útero (1). En condiciones normales sólo debe encontrarse endometrio en el útero, siendo su finalidad prepararse para recibir al óvulo fecundado y proseguir el embarazo (2). Afecta a mujeres en edad fértil, con una edad promedio de 33,2 años (3,4). Puede ser intra o extrapelviana, siendo ésta última menos frecuente (5). La primera descripción de la endometriosis cutánea fue hecha por Von Recklinghausen en 1885. Villar en 1886 realizó la primera descripción de la enfermedad a nivel umbilical (6). La endometriosis puede ubicarse en cualquier sitio fuera de la pelvis, incluso en los pulmones donde puede manifestarse con hemoptisis con cada ciclo menstrual (7). Su presencia a nivel de la pared abdominal se relaciona frecuentemente con las cirugías ginecológicas y obstétricas, y se manifiestan como una masa próxima a la cicatriz quirúrgica, dolorosa generalmente con los esfuerzos o en relación con el periodo menstrual, y que puede aumentar de manera intermitente de tamaño, también en relación con el ciclo. Estas características clínicas permiten orientar el diagnóstico (8). El estudio citológico a través del material obtenido por la punción con aguja fina (PAAF) permite el diagnóstico de certeza en el preoperatorio (9). 

Los estudios complementarios como la ecografía y la tomografía computada (TC) pueden determinar la extensión del proceso, y ayudar con el diagnóstico diferencial con otros procesos patológicos de la pared (10,11) ayudando a planificar la cirugía que es el único tratamiento efectivo conocido (12). El pronóstico es favorable y la curación es la regla, aunque existe la posibilidad de malignización, por lo que el estudio anatomopatológico de la pieza es necesario (13).

PRESENTACIÓN DEL CASO

Paciente de 27 años de edad, sin antecedentes patológicos relevantes, ni hábitos ecotóxicos, con dos gestaciones previas, culminadas con cesáreas, la última hace 5 años. Desde hace 3 años nota un pequeño tumor a nivel del extremo izquierdo de la cicatriz de Pfannenstiel (Figura 1), que aumenta discretamente de tamaño y se hace doloroso coincidentemente con cada ciclo menstrual. A la palpación se constata un tumor a nivel de la pared abdominal anterior, sobre el recto anterior izquierdo de 4 cm. de diámetro poco móvil, doloroso, que no desaparece con la contracción de los músculos abdominales.

Se realiza una ecografía que muestra una imagen sólida, isoecogénica, mal delimitada, a nivel de la pared. La Tomografía computada (TC) muestra una masa ubicada a nivel del recto anterior izquierdo, que no compromete el espesor total del músculo, menos la cavidad (Figura 2). El laboratorio no se aparta de lo fisiológicamente normal.

Es intervenida quirúrgicamente con diagnóstico presuntivo de Endometriosis secundaria de pared abdominal, realizándosele una excéresis amplia, con resección muscular hasta la vaina posterior, reconstruyéndose con malla de prolene (Figura 3). Buena evolución postoperatoria, lo que posibilita sea incluida dentro del programa de Cirugía Mayor Ambulatoria.

El informe anatomopatológico de la pieza (Figura 4), confirma el diagnóstico de Endometriosis.

DISCUSIÓN

La endometriosis es la presencia de tejido endometrial, tanto estromal como glandular, fuera de la cavidad uterina. Afecta a mujeres en edad reproductiva, limitando su fertilidad, pudiendo ocasionar daños en su salud, aunque raramente pone en peligro la vida (1,4). Afecta entre el 7 y el 15 % de las mujeres en edad fértil (14). A nivel de la pared abdominal su frecuencia es mucho más baja, apareciendo entre el 0,03 al 0,47 % de las cicatrices por cesáreas. En el caso de las histerectomías obstétricas, su aparición depende de las semanas de gestación, puesto que la incidencia en el 2º trimestre es del 0,8 % mientras que en las semanas finales es sólo del 0,03 %. Esto se debería a que la decidua temprana tiene capacidad pluripotencial, permitiendo la replicación celular. Es raro el desarrollo de la enfermedad en la menopausia, pudiendo manifestares posterior al uso de la terapia de reemplazo hormonal, lo que activaría antiguos implantes (15).

La localización extrapelviana es de muy baja frecuencia, y teóricamente puede afectar cualquier órgano de la economía, independientemente de la presencia de una endometriosis pélvica. Debido a la amplia variedad de síntomas y signos que la acompañan hace muy difícil sospechar el diagnóstico en la mayoría de los casos, dependiendo éste de su localización (6).

Markham y cols. (16) clasificaron la endometriosis extrapélvica según su localización en cuatro tipos: 1) Gastrointestinal, 2) Del tracto urinario, 3) Torácico y 4) De otros sitios: Entre éstos se sitúan los implantes de la pared abdominal. Sobre todo se observan en cicatrices de cirugías obstétricas o ginecológicas. La incidencia en cicatriz de cesárea (mediana o Pfannenstiel) es del 0,03 al 1,7 % (17). Estas serían las denominadas secundarias. En tanto que las primarias aparecen sin el antecedente de estas cirugías, teniendo amplia prevalencia en la región umbilical (6).

Se desarrollaron teorías que tratan de explicar el origen de esta patología (1,18,19,21,22): a) El desarrollo de un tumor endometriósico en la pared podría deberse a la implantación de tejido endometrial, con el desarrollo tumoral posterior, este sería el camino para explicar los casos que ocurren después de una cirugía de cesárea, b) La teoría de la transformación metaplasica, debido a algún factor externo de carácter irritativo, c) Otro mecanismo sería la migración por los vasos sanguíneos o linfáticos. Esta sería la explicación para las localizaciones extrapelvianas alejadas y también para las localizadas en la pared abdominal de origen primaria, d) Otras teorías como la mutacional o genética también tratan de determinar el origen de esta oscura enfermedad.

Clínicamente se manifiesta por tumor a nivel de la pared abdominal, con aumentos cíclicos de tamaño coincidiendo con el periodo menstrual. Dolor localizado, cíclico o no cíclico también en coincidencia con los ritmos menstruales. En caso de una endometriosis de pared secundaria, estas manifestaciones se encuentran a nivel o próximas a una cicatriz operatoria (23,24). Nuestra paciente presentaba esta clínica, lo que permitió llegar a un diagnóstico semiológico en el preoperatorio.

El intervalo entre la última cirugía y la presentación de la patología es en promedio de 2 a 6 años (4). Este detalle también está presente en nuestro caso, pues los síntomas comenzaron 2 años después de su última cirugía obstétrica.

El laboratorio no muestra datos de interés. La ecografía muestra masas sólidas, quísticas o mixtas, de contornos definidos. De preferencia debe realizarse durante el periodo menstrual. La maniobra de Valsalva puede ser ayuda, para diferenciarlo de una hernia. Se observa casi siempre como una zona hipoecoica heterogénea, con ecos hiperecoicos interpuestos, bordes irregulares, especulados debido a la infiltración de los tejidos y un halo hiperecoico circundante. El ecodoppler color logra identificar un pedículo vascular en gran parte de los casos y vascularidad intralesional en endometriomas mayores de 3 cm de diámetro (10,11,13,25,26). La TC muestra el compromiso de los rectos anteriores, y el compromiso de otras estructuras intra o extraabdominales, pero no ayuda a aclarar el diagnóstico (27,28). La resonancia nuclear magnética no ha demostrado ser superior a los estudios antes citados (29). En nuestro caso, estos estudios demostraron la presencia de una masa a nivel de la pared abdominal, mostrando el compromiso muscular y la ausencia de otras lesiones intraabdominales.

Entre los diagnósticos diferenciales a tener en cuenta se encuentran: granulomas por cuerpo extraño (sutura), lipomas, quistes epidérmicos, hernias, neuromas, hematomas, tumores anexiales sudoríparos, hemangiomas, onfalitis, granuloma piógeno, sarcomas, metástasis (nódulo de la hermana María José), melanomas, etc. (6,30,31).

La Punción aspiración con aguja fina (PAAF), con o sin guía ecográfica es un buen método para llegar al diagnóstico en el preoperatorio, a través del estudio citológico del material obtenido (9,32,33).

Si bien están descriptos varias drogas para el tratamiento médico de ésta patología, ésta sólo aporta un alivio transitorio de los síntomas y la recurrencia es la regla al suspender la terapia (1,2,7,34,35), por lo que el tratamiento de elección es el quirúrgico y consiste en la exéresis amplia de la lesión, con un margen de tejido sano de por lo menos 1 cm., con lo que disminuye el índice de recidivas. La reconstrucción del defecto en la pared, puede requerir el uso de material protésico (3,4,5,13,36).

Nosotros utilizamos una plancha de malla de prolene para tal efecto.
El pronóstico es bueno, aunque están descriptos casos de malignización, sobre todo se da a nivel del tabique recto vaginal (13,37,38,39).

CONCLUSIONES


La endometriosis de pared abdominal, es un padecimiento de difícil diagnóstico debido a su baja frecuencia y a la gran variedad de diagnósticos diferenciales. La triada diagnóstica formada por la presencia de una masa a nivel de la pared abdominal, próxima a una cicatriz operatoria, y con dolor cíclico es característica de la afección. Los estudios por imágenes no son específicos, pero ayudan a determinar el compromiso de la pared y a planificar la cirugía, que es el tratamiento de elección y que consiste en una exéresis amplia con margen de seguridad de por lo menos 1 cm., con lo que disminuye el  riesgo de recidiva. El pronóstico es bueno.


Andres

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